1. ¿Cuándo empezar a innovar?
2. ¿Cuándo acelerar?
3. ¿Cuándo ralentizar?
4. ¿Cuándo es suficiente innovación en la década (por ejemplo), en la organización?
Los inventores-innovadores están naciendo todos los días. Las organizaciones también todos los días están contratando y/o despidiendo este tipo de talentos. Y todos los días se crean nuevas y fenecen otras, organizaciones, para innovar, y que así dejan de innovar, respectivamente. Y todo esto es porque los clientes, y los no clientes, no acaban de satisfacerse, y no acaban de obtener lo buscado, de cara a sus Jobs-To-Be-Done. Y porque surgen a diario también nuevas formas de antiguos, y nuevos Jobs-To-Be-Done, que han de ser resueltos, también. Por eso cabe decir que su ritmo es frenético. Que la innovación no ha tenido pausa desde que comenzó. Y que no tendría porque tenerla, a la vista (tampoco). En paralelo al torrente innovador fluye el torrente de la técnica. Éste alimenta a aquél mientras que es exigido así mismo por el otro. De manera que la respuesta corta a las preguntas planteadas es "siempre" para 1 y 2 y "nunca" para 3 y 4; lo cual resulta un poco intimidante sin duda; si, para una organización, pero nunca para los talentos que harán la innovación: aquí, allá o acullá
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