El optimismo de este conferencista puede ser contagioso. Suponemos que nos habla con conocimiento pleno (sin que esto borre el optimismo); nos preguntamos entonces: ¿en manos (y cabeza) de quien está ahora la práctica médica? O, ¿qué talentos hacen hoy a un médico competente, como para tenerlo de cabecera? Ya no es sólo el médico asistido por el hospital y sus dispositivos de cuidado (y por el laboratorio farmacéutico) ahora es el médico que puede moldear, figurar y dar forma al ser del paciente, que queda ASÍ SANADO, ¿qué talante se necesita para ser un médico tal?
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