¿Qué sería de nuestro mundo de hoy sin el mundo de hoy de los productos de corta duración y bajo costo?
Por corta duración me refiero a una semana, tres mil candelazos, dos o tres kilómetros de trazo (estos números corresponden a la vida típica de las tres líneas de producto estrella de la multinacional francesa BIC: afeitadoras, encendedores, lapiceros; todos, como se les dice, desechables)
BIC está considerando ampliar su portafolio, según nos informa Business Week: esta vez se trata del mercado de las baterías de celulares, de las nuevas baterías basadas en tecnología fuel cell, y claro, desechables. BIC se ocuparía del empaque que debe ser barato y seguro (algo en lo cual son expertos) y apalancaría la venta del nuevo producto en su poderosa red de distribución que incluye hoy a más de 3 millones de retail outlets en 160 países. La tecnología fuel cell promete duraciones de cuatro o más veces más las de las baterías de hoy, a la mitad del peso, y no contaminante (claro que el empaque no deja de ser un problema: 3.000 millones de celulares, digamos que reemplazando la batería desechable una vez a la semana en promedio... es un montón de basura)
Es un hecho por otra parte que la "cargada" del celular es, sino una pesadilla, casi: se nos olvida, "cargamos" a medias, la descarga nos alcanza justo en el momento que ni tenemos cargador a mano ni podemos esperar un minuto para seguir utilizando el aparato, etc. Baterías desechables, de fuel cell, serían a todas luces un éxito comercial inmediato y duradero. En cuanto a la basura, digamos que el problema es más generalizado, y requiere también, soluciones de amplio alcance: tal vez ya no tan ocupados en andar cargando y sufriendo por la descarga del celular, tengamos unos minutos más al día... para mejor ocuparnos de la basura, en todas las formas... llamémosle a esta última esperanza, dinámicas del mercado, del valor y de la innovación
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