viernes, 4 de marzo de 2011

Innovación pendiente en el reciclaje



Todos hemos visto los tarritos de colores, y eventualmente sabemos qué se nos está pidiendo hacer. Y de seguro voluntad (querer) para hacerlo no nos falta. Pero se está dejando en nuestras manos una tarea para la que fácilmente fallaremos: tener que decidir a qué tarro va lo que vamos a botar. De hecho, incluso separar-clasificar en nuestras manos antes de botar (por ejemplo servilleta y envase) somos capaces de hacerlo, pero, decidir adonde debe ir la servilleta y adonde el envase ya es mucho pedir: la mayoría de las veces irán la una, el otro o ambos al tarro equivocado. Recuérdese entre otras cosas que "nosotros": somos cortos de vista a veces, otras perezosos, otras más estamos afanados, tal vez ni siquiera sepamos leer, etc.

Solución: todo producto que va al cabo a terminar en un tarro de basura, o sea todo producto, debería venir con un "puntico", por ejemplo, con el color del tarro que será su última morada. Eso es todo. Al menos en esta fase del proceso de reciclaje. Obviamente, si además los productos traen componentes correspondientes a diferentes "colores de reciclaje" deberán éstos ser desarmables en la misma medida. :-)

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