¿De dónde viene esta palabra cuyo uso y abuso hoy en día nos interpela a cada momento y en toda situación y no sólo en el ámbito de los negocios?
Su raíz está en las palabras latinas innovatio, innovare, que refieren a la producción de lo nuevo. Lo nuevo es lo insólito (lo nunca antes visto), lo inaudito (lo nunca antes oido). Pero lo nuevo también es lo nuevo porque es nuevo de una forma nueva: así por ejemplo una nueva forma de jugar al fútbol - la de un crack o de un equipo bajo la dirección de un técnico "innovador". Sin embargo lo nuevo no basta para que no obstante siendo innovador sea valioso. Es decir, que no es suficiente la "creatividad" sino que es necesaria además la innovatividad: que viene a ser colocar la creatividad al servicio de la búsqueda de los Jobs-To-Be-Done y/o de las mejores respuestas (el diseño, la solución, el producto real, el canal) a esos Jobs-To-Be-Done ya hallados. Así es como decimos que una organización es innovadora, pues tiene sobrada innovatividad, si da como resultado un flujo constante de (valiosas) innovaciones :-)
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