martes, 15 de diciembre de 2009

Grados de innovatividad, productos nuevos y novísimos

¿Cómo un producto nuevo puede ser a la vez novísimo? Cuando se revela por vez primera al consumidor a escala mundial. Es el que nunca antes en lugar alguno empresa ninguna ha ofrecido a nadie. Nuevo para la humanidad. La novedad absoluta. Los demás, son los que solo son nuevos para una empresa particular. Surge así una clasificación muy útil que ilustra la complejidad en la tarea del desarrollo de nuevos productos y el grado de innovatividad del resultado.

En la posición más simple y a la vez de menos innovatividad encontramos los esfuerzos que esencialmente apuntan a mejorar la rentabilidad del producto en virtud de un manejo más efectivo de sus costos de fabricación o distribución. Por ejemplo cuando la leche de “larga vida” se nos presenta ahora en empaque de bolsa plástica a cambio del tradicional Tetra Pack®. O cuando el “principio y el jugo” en el “corrientazo” se van adaptando durante el año a las legumbres, verduras y frutas de temporada.

En un grado de innovatividad por encima están las mejoras a productos existentes y sus reposicionamientos, palabra esta de la jerga del mercadeo que traduce hallarle nuevos usos o nuevos tipos de compradores a un producto que le ha comenzado a escasear la clientela. Es el caso muy conocido y exitoso de la Aspirina® que con el tiempo se vino a saber ayudaba a prevenir los infartos al corazón. Y es el caso, en buena hora, de las viejas haciendas del eje cafetero que ofician hoy de posada para incentivar el turismo hacia la región. Y el ejemplo clásico de una industria que solo vive de las mejoras porque no tiene nada más que hacer, el automóvil. Más eficiencia, más seguridad, más comodidad, más aditamentos que enamoran, todo sobre las mismas 4 ruedas y con un único manubrio redondeado (hay dos países que inexplicablemente lo usan al lado derecho pero esto no debe considerarse más que un capricho).

Más innovatividad aun presenciamos cuándo se extienden líneas de producto y cuándo se incorporan líneas totalmente nuevas al negocio. Entre las marcas colombianas reconocidas, Alpina® ofrece el ejemplo perfecto en los dos sentidos: Leches y Yogures para todos los gustos (descremada, deslactosada, con sabores), y por otro lado Quesos, Bebidas (Jugos, Avenas), Postres. Es el tipo de desarrollo de productos que más se practica en las categorías de consumo masivo pues parece que el ser humano es inagotable por igual en su curiosidad y horror frente al tedio. Testimonio igualmente incuestionable lo tenemos con las modas en el vestir y al escoger el sitio para comer fuera de casa.

Y así llegamos al tope de la innovatividad, nuevo para el mundo. Los ejemplos que primero vienen a la cabeza inevitablemente tienen que ver con la “alta tecnología”: el PC, el Walkman, el Teléfono Celular, y un largo etcétera que se nos ha ido acumulando en los bolsillos y en el escritorio… Los ejemplos de por acá son más gratos. La música y las voces de Juanes, Carlos Vives y Shakira, solo por mencionar a los más internacionalizados. El pandebono, la almojábana y el buñuelo, solo por mencionar productos para el desayuno que llevan queso… ¿Y que tal la Tutela de nuestra constitución del 91? Solo por mencionar que incluso en el antiguo y exigente oficio de gobernar nos podemos ya sentir orgullosos de haber hecho un aporte a las demás naciones. Prueba sin atenuantes de que la necesidad (la carencia) siempre será la madre de todas las invenciones.

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