Esta pregunta bien podría plantéarsela un empresario, pero también un comprador, y claro, un inversionista. Todos estarían tratando de averiguar lo mismo: dónde hay más VALOR. Y es así porque el propósito de la innovación no es otro que el de la búsqueda de la diferenciación mediante la agregación de VALOR ("agregación" que a veces puede ser el retiro de elementos del producto carentes de VALOR, al tiempo con una disminución del precio). Sin diferenciación no hay cómo vencer a la competencia (para el caso del inversionista, sus otras opciones de inversión bajo consideración; para el caso del empresario sus otras propias opciones de emprendimiento)
Decía uno de los entrevistados de Jim Collins en su investigación Leadership Level 5, que su recomendación para todo aquel que quisiera ser líder en un negocio se resumía en tres elementos:
1) Decida en qué puede llegar a ser el número uno del mundo
2) Indague qué despierta la pasión de cada miembro de su equipo
3) Encuentre las máximas eficiencias en las economías del negocio
La "fórmula" a primera vista puede parecer poco "original", pero si observamos con cuidado la prescripción en realidad es:
1) Innove en su oferta
2) Permita qué su equipo innove (cada quien en su "delivery" dentro de la organización)
3) Innove en todos los procesos de negocio
Así es como la respuesta a "¿Qué es lo más innovador que puede haber?" es sencillamente "Innovación al cubo" :-)
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