El hábito de fumar ha demostrado ser de largo tiro para muchos. Mientras, la industria, con restricciones a la publicidad y la obligación de anunciar en el propio empaque del producto que su consumo es nocivo para la salud, hace lo que puede para continuar prosperando. ¿Qué innovación podría lanzar un fabricante de cigarrillos? Una para dejar de fumar se me ocurre. No el parche de nicotina o filtros como los que ya existen sino el mismo cigarrillo de siempre pero ligado a un contrato con la promesa de que quien lo acepte va a tener una oportunidad cierta de dejar de fumar. Veamos como funcionaría.
Un fumador es un cliente de por vida, literalmente, hasta que la muerte lo alcanza. Mientras más fiel al cigarrillo mayor la probabilidad de que el producto tenga algo que ver con el deceso, o por lo menos así lo afirman las autoridades y se deduce también de las incesantes demandas contra la industria por parte de ex – fumadores (vivos o muertos). Mala cosa por dónde se lo mire, se pierde al cliente, y encima se le sale a deber.
La innovación sería muy sencilla: contrate con nosotros el total de cigarrillos que se va a fumar por el resto de su vida y le entregamos mensualmente en su casa la provisión prescrita en su plan para dejar de fumar… algún día… después de ése momento nos comprometemos a no venderle jamás ni uno de nuestros cigarrillos, no importa lo que nos ofrezca, porque nuestra promesa fue acompañarlo en su propósito de dejar de fumar.
¿Beneficios para el comprador? Tiene una meta (en vida) para dejar de fumar y la va a tener que cumplir. Va a poder programarse (y evaluarse) frente a ése renglón de su presupuesto de gastos. Jamás le va a faltar el producto, que le va a llegar además a la puerta de la casa. Mientras fume, va a fumar la mejor mezcla del mundo, incluso si lo desea, personalizada a sus gustos y antecedentes como fumador. Todo lo anterior le va a costar, cigarrillo por cigarrillo, hasta tres veces lo que le cuesta actualmente por lo que es muy probable que deje de fumar mucho antes de lo que nunca se hubiera imaginado.
¿Beneficios para el vendedor? Clientes fieles de por vida, literalmente, y sin ninguna posibilidad de que tan fructífera relación termine con demandas ante la justicia. Aprobación y aplauso (en vez de persecución) del público y autoridades. Canal de distribución sin intermediarios. Escaso presupuesto de publicidad. Ingresos, cigarrillo por cigarrillo, de hasta tres veces los actuales.
¿Qué el cliente puede, hecha la promesa y firmado el contrato, intentar luego, vencido éste, seguir consumiendo (fumando)? Si, podría suceder. Por ejemplo si tal cliente remiso se busca un testaferro que le provea los cigarrillos (que para el efecto deberá contratar con nosotros). O más fácil aún, volviendo a comprar cigarrillos a cualquier otro proveedor en la calle. Si, es cierto. Pero nosotros hemos cumplido. Hemos hecho lo máximo por acompañarle en su aspiración de dejar de fumar y le hemos suministrado el mejor producto del mercado. Así que usted y yo estimado ex – cliente estamos en paz. Sólo nos resta agradecerle su preferencia durante todo este tiempo y las importantes utilidades que le ha permitido obtener a la compañía. Más no podemos hacer. Menos, si lo que usted ha decidido es morirse de tanto fumar.
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