Parece en principio que las grandes MARCAS de todos los tiempos requieren que el producto sea orientado al individuo (o al hogar), sea de bajo costo, y de elevada frecuencia de compra… (¿Y usando el color rojo?)
Pero no hay tal. El BRANDING agrega valor a la gestión gerencial en compañías de productos para el individuo, para el hogar, o para otras empresas. Sean bienes tangibles o servicios. Porque el BRANDING tiene que ver ante todo con el ser humano, en su naturaleza de consumidor, comprando para mejorar su calidad de vida (al actuar como individuo o miembro de un hogar), o comprando para lograr las metas de su empresa (al actuar como miembro del centro de compras de la organización) ¿Cómo influye el BRANDING sobre la persona?
Hay un axioma en la labor de ventas que dice que la transacción es imposible antes de vencer los cuatro NOS: NO TRUST, NO NEED NO HELP, NO HURRY. Algo así como “No le creo”, “No lo necesito”, “No tiene nada (su producto) que no tenga el que ya estoy usando”, “En todo caso no voy a comprar hoy (quizá mañana tampoco)”.
Sin el BRANDING estos cuatro NOS tiene que vencerlos el vendedor a solas, en el mostrador, en la oficina del cliente, en la góndola del supermercado (en este último caso el vendedor es el mismo producto no más acompañado por el empaque y la etiqueta; más a solas no se puede). Y así es muy difícil.
Con el BRANDING usted piensa: “¡Claro!, ese es el nuevo jugo empacado especial para niños que me recomendó esa mamá tan querida en la piñata el fin de semana” o “¡Claro!, yo vi el anuncio en TV y Pacheco decía que era buenísimo, que a sus nietos les encantaba (¿Pacheco si tiene nietos?)”
En virtud del BRANDING usted razona: “Quizá no sea tan mala idea pagar un seguro de vida… en la empresa nos salvó el que teníamos contra robos, si no todos estaríamos sin trabajo” o “Quizá ése consultor tenía razón, ¿Qué sentido tiene seguir lanzando productos al mercado sin una estrategia de empresa que los respalde?”
Gracias al BRANDING usted se atreve a comparar: “Es un hecho que este proveedor de acceso a Internet me da más y no me cobra más” o “No será un ROLEX, pero con mi estilo va mejor y además igual es un LONGINES”
E incluso, por el BRANDING, deja de posponer su decisión: “¿Es IBM no?, no le demos más vueltas al asunto que no vamos a conseguir una oferta mejor” o “Un TOYOTA es un TOYOTA, sea camioneta, campero o automóvil, es lo mejor del Japón, ¿A qué esperar?, ¿Qué otra MARCA puede ofrecerme más?”
EL BRANDING influye sobre la persona y su decisión de compra de muchas maneras (algunas inalcanzables por otros medios):
1. Brinda tranquilidad psicológica frente a la ansiedad que genera el tener que escoger y no querer errar
2. Ofrece argumentos que refuerzan la propia argumentación elevando de este modo la autoestima y la seguridad en nuestras capacidades de elaboración de la decisión
3. Ayuda a la interacción social de las personas en los temas de compra y consumo, que son temas que además aportan en el reconocerse, amistarse e identificarse mutuamente
4. Hace parte del orgullo nacional que se exhibe frente al orgullo extranjero en todos aquellos productos nuestros de clase mundial o categoría única
5. Y de paso favorece el desarrollo económico al propiciar más y mejores decisiones de compra e incentivar la competencia por parte de quienes desean batir algún día a los campeones de hoy
Con el BRANDING la gente piensa más, razona más, se atreve a comparar más, deja de posponer más. Compra y disfruta más. No es que todo en la vida tenga que ser homo economicus pero lo primero es lo primero. Y el BRANDING nos ayuda. A cumplir bien y rápido con la tarea.
Entonces, ¿LONGINES o ROLEX?
“THE MAN’S WATCH WOMEN PREFER”
“ELEGANCE IS AN ATTITUDE”
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