¿Cómo será la biblioteca pública o universitaria digital?
La biblioteca pública y universitaria tradicional (con ejemplares de papel) la conocemos; también las bibliotecas, principalmente hemerotecas, virtuales. Pero ahora supongamos que desaparece el venerable edificio, pues si no se imprimen libros ¿para qué estanterías, para qué edificio si no hay "átomos" que almacenar o cuidar de las inclemencias del tiempo, y sobre todo para qué dejar entrar a nadie allí a consultar o llevar en préstamo lo que ya no habrá?
Lo que digo es que libros (académicos y de todo tipo) se seguirán (se tendrían que seguir) produciendo, ahora en copias digitales, y no obstante sus mejores precios, seguirán justificándose las bibliotecas públicas y universitarias en principio pues simplemente:
1. Habrá quien no pueda comprarlos
2. Habrá quien no pueda comprarlos todos
La pregunta entonces es, ¿cómo se prestará y circulará la copia digital de un libro? R/ Evidentemente circulará por la red, y de ella cada quien eventualmente imprimirá y encuadernará (de alguna manera) copias... Hay algo raro en todo esto ¿no creen? Digo: que poseer una copia digital de un libro es como poseer nada; pero tampoco quiero poseer estanterías hasta el techo de cadáveres impresos de árboles, por eso quiero (y admiro el esfuerzo de) las bibliotecas públicas y universitarias, que volviendo al tema ¿cómo serán? Digo que así:
1. Lo importante no será ya más la "copia" o el ejemplar del libro, lo importante será ahora el "ejemplar leído", es decir lo que resulte de una y cada lectura de un escrito por parte de uno y cada lector interesado
2. Así, la lectura, aunque podrá seguir siendo en silencio (según la preferencia de cada quien, o escuchada desde un audiobook por ejemplo) debería permitir ahora el registro, análisis y organización de las expresiones que suscita en el lector: los párrafos memorables se memorizan, las frases no comprendidas se exploran en otras fuentes y el resultado se incorpora al ejemplar, los ritmos de lectura (y las paradas para recuperar el aliento) se correlacionan con la risa o la emoción y el texto recorrido, las preguntas y las respuestas que el texto (y esta su lectura en el momento) consolida, se van atesorando como gemas felizmente reveladas así por y para el mundo del lector y de otros lectores...
3. Lo descrito en 2. va a suceder (con los lectores incesantes) una y otra vez: con la misma lectura en momentos diferentes, con más lecturas del mismo autor, con otras lecturas de otros autores. Se requerirá pues una infraestructura nada despreciable para, de una parte disponer de estas nuevas comodidades del leer, y de otra, llevar a cabo el registro, análisis y organización de un gran volumen de lecturas y lectores: las bibliotecas se distinguirán entonces en un futuro no por los libros poseídos, sino por los lectores y sus lecturas, atraídos y conservados...
¿Para que todo esta infraestructura y todo este registro, análisis y organización?
1. Para el engrandecimiento reflexivo del mismo lector en primer lugar
2. Quizá para comparar lectores y lecturas y de allí construir quien sabe qué "reseñas" u otros estímulos para que haya más lectores
3. Para que en todo caso no cesen los autores, aunque haya cesado para ese entonces el antiguo libro y con él la antigua biblioteca
lunes, 15 de marzo de 2010
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