Se suele alegar que unos vendedores bajo plena libertad de empresa no tendrían incentivo para bajar los precios si no mas bien para subirlos; con lo cual la población de menores ingresos resultaría perjudicada (no tendría suficiente para pagar lo que vale acceder al bien o servicio); lo que justificaría la intervención "estatal", de alguna manera, de las tantas que sus encumbradas "fuerzas" le permiten... ¡falacia absoluta! (es decir absolutamente falso)
1. Los bienes o servicios valiosos, es decir los que cualquier población espera hallar en el mercado (antes de considerar siquiera si le interesan o no, si los puede pagar o no) no surgen de la nada, es decir han de ser creados por el esfuerzo empresario (de aquí o de acullá) que decide arriesgarse voluntariamente a su creación... ¿Cabe pensar, como substituto de esa voluntad creadora que se arriesga, un "estado" todo proveedor capaz de crear el mismo valor? Cabe si, pero al inmenso costo de la ineficiencia, del robo, de la tardanza, en fin, del poco valor logrado y si del mucho costo incurrido... (sobrecostos que salen de los bolsillos de los que tributan, o sea de todos, consumidores y no consumidores interesados en el bien o servicio, en cada caso)
2. Los bienes y servicios valiosos sólo llegan a serlo por el esfuerzo emprendedor que se arriesga a crearlos y que no pierde de vista que su mayor riesgo es que otro esfuerzo emprendedor le gane la preferencia del comprador...
3. Los ingresos de la población de menores ingresos son escasos no porque la población de menores ingresos esté destinada a tener menores ingresos: lo son porque hay menos demanda de mano de obra y talento que oferta, es decir, porque hay menos esfuerzo emprendedor del que hablábamos en 1. y 2. en general, en los mercados de todos los bienes y servicios
4. La población de menores ingresos puede tener ingresos suficientes para pagar lo que vale acceder a todo bien o servicio cuando nos oponemos con todas nuestras fuerzas a que suceda lo anotado en 3., es decir cuando posibilitamos por todas las formas y en toda circunstancia la libertad de empresa, cuya ausencia es lo único que detiene el esfuerzo emprendedor
5. Cuando gracias a nuestras fuerzas 4. llega a ser un hecho en práctica cotidiana, los precios sólo pueden bajar - nunca subir - en todo mercado (además de lo ya logrado anotado al principio de 4.), y al mismo tiempo los beneficios entregados a los compradores por todo bien o servicio tienen que crecer, puesto que al conjunto plural y en exigente dinámica de esfuerzos emprendedores compitiendo en cada mercado sólo le cabe competir arduamente para ganarse la preferencia del comprador, quien además habrá aprendido a escoger pues habrá vivido la realidad de lo que es tener OPCIONES (que es otro nombre para eso que llamamos RIQUEZA :-)
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