jueves, 6 de mayo de 2010

Inno-soñando

Me encantaría que a los docentes (universitarios, de colegios, de primaria, de pre-escolar) nos pagaran sobre la base de nuestro desempeño (no sobre la base del CV), como sucede con los deportistas de los deportes que se juegan en equipo...

1. Es un hecho que es el "equipo" de docentes de la institución el que finalmente hace "delivery" de la experiencia de aprendizaje del niño o joven que el hogar está pagando; igual que en una liga deportiva

2. En todas las ligas (cualquier deporte en equipo) se reconoce que hay que pagar más a los atletas que más dan (y por ende mejoran el desempeño del equipo) pues de esta manera la competencia es más atractiva y convoca mayores audiencias con lo cual todos se benefician; de paso (pero importantísimo), es por esta razón que hay grandes atletas; y por la que habría también muchos más, grandes "atletas del aula"; y por la que seguramente hay también hoy muchos menos...

3. La educación podrá ni ser un negocio ni ser una competencia deportiva, pero tiene la misma inmensa responsabilidad de HACER BIEN con el costo de oportunidad de los niños y jóvenes (que cada periodo, todos los periodos, durante el transcurso de SUS VIDAS de estudiantes, tienen una única oportunidad de aprender lo que han de aprender), y por supuesto con el arduamente ganado dinero que los hogares le entregan a la "industria"

4. El asunto entonces es: ¿cómo establecer "métricas" que reflejen el desempeño individual de los "atletas del aula" y más importante aún su contribución al aprendizaje logrado por cada niño o jóven? Si esto puede resolverse, como sucede en las competencias deportivas con la medición del desempeño de los grandes atletas, podrá establecerse el mecanismo de recompensa correspondiente

5. He aquí el CÓMO al respecto: 1) la asistencia a clase será completamente voluntaria (así los "atletas del aula" deberán en cada caso "ganarse" el tiempo y la voluntad de sus estudiantes), 2) la evaluación del aprendizaje será universal en cada curso-temática y llevada a cabo por un tercero que no sea el docente (así los "atletas del aula" tendrán que esforzarse al máximo de cara a una medición independiente de los resultados logrados con los estudiantes), 3) entre los estudiantes que asistan a clase, aleatoriamente, cada clase, se indagará a unos cuantos (tres de ellos por ejemplo) para responder dos preguntas: ¿En qué medida sienten que haber estado en la clase "valió la pena"?, ¿En qué medida esta sesión-clase fue mejor, peor o igual, que la última-anterior a la que asistieron? (este último punto y el primero, quizá con los niños de pre-escolar - sólo con ellos no - no sería posible de llevar a cabo)

*****

Hay un tema aún por considerar y es el siguiente: los padres de familia que pagan por la educación de sus hijos están asumiendo que TODO el equipo en alguna medida "juega bien", y una medición como la descrita necesariamente va a mostrar que hay diferencias. Pues bien, es obvio que la medición tendrá otras consecuencias, no sólo la de una recompensa más justa a los "atletas" de mejor desempeño, y éstas serían: 1) la terminación del contrato a quienes "estén o lleguen a por y a" debajo de un cierto límite de desempeño, 2) la necesidad de parte de las instituciones de estar constantemente atrayendo (y formando) talentos para la docencia, 3) la posibilidad de cualquier hogar de "mover" en cualquier momento a su hijo a otra institución de su gusto

De lo anterior resultan DOS consecuencias (que implicarían a su vez un cambio fuerte en el status quo de las instituciones de educación):

1. Que se acepte que la responsabilidad del aprendizaje escolar del niño o jóven, de todos los niños o jóvenes, independiente del estado de avance en que lo reciban, es fundamentalmente de los DOCENTES (y sólo así de las instituciones en la medida que ellas les contratan y evalúan en su desempeño) antes que del niño o jóven (y lo mismo por ende, la responsabilidad de su eventual "fracaso")

2. Que se eliminen todo tipo de "locks-in" (como por ejemplo el mencionado que impide la movilidad entre instituciones a mitad de periodo o a mitad de ciclo - primaria, secundaria, carrera en pregrado) al cliente, al hogar, en otras palabras, que las instituciones se sometan a la plena competencia (y por necesidad entonces que además la intervención estatal en la "industria" sea cero; por ejemplo, en determinar "qué se debe aprender", sólo por poner la más prominente)

***

CODA: Creo que nada de ésto lo veré en vida, ni mis hijos creo; ni modo; hoy más que nunca esta entrada es "Inno-soñando" :-)

No hay comentarios: