Hay una dificultad aparentemente insalvable si desea uno imaginarse una oferta competitiva de transporte urbano, esto es, una en la cual haya total libertad de empresa y de precios, esto es, una en la que haya libertad de plena competencia (y competencias) para agregar valor a través de la innovación y poder luego cobrar por el valor entregado...
¿Cómo podría haber competencia, por ejemplo, en el "subway"? Por supuesto que planteada así la pregunta la respuesta es que no es posible. Dos "subway", ambos seguramente ya desde el diseño recorriendo el mismo trazado, etc., no sólamente es imposible físicamente sino todo un despropósito económico, es decir, que con toda seguridad no habría inversionista dispuesto a apostarle al negocio. Evidentemente el problema está en la pregunta, que debe ser reformulada así:
¿Cómo podría haber (llegar a existencia) una multitud de opciones para el desplazamiento de los ciudadanos en la ciudad? Y respondemos: retirando (y no colocando) barreras al ingreso de nuevos prestadores del servicio y nuevas formas de ser prestado éste. En este contexto, son barreras por ejemplo:
1. La regulación de los precios: del combustible, o de los parqueaderos, o de cualquier otro "insumo" en la cadena de valor del desplazamiento
2. Los impuestos a esos insumos o a los bienes finales; los automóviles por ejemplo (altamente gravados) son ambas cosas, en diferentes cadenas de valor que compiten: así en taxis y particulares
3. La prestación del servicio por monopolios estatales (subsidiados por impuestos; el "subway" por ejemplo)
4. La provisíón en condición de monopolio por parte del estado, que o es insuficiente o absolutamente deficiente, de algunos insumos: vías, semaforización, señalización, policía de tránsito, etc.
En Bogotá por ejemplo tenemos de las cuatro barreras, y extensivamente en cada una, con resultados evidentes: pocas opciones, las que hay costosas, y de bajas prestaciones
Imaginémonos por un momento que no hay estas barreras, ¿qué podría ocurrir?, por ejemplo ocurriría esto:
1. Que habría MARCAS y empresas competitivas en el servicio de taxis: unos más costosos otros menos, pero todos preocupados por satisfacer plenamente al cliente del segmento meta que se ha decidido atender; el usuario (todos los segmentos) podría escoger, contratar en diferentes modalidades, cambiar de proveedor, etc.
2. Que las vías (siendo un insumo indispensable) recibirían el cuidado (las que hay) y se construirían las nuevas (que se requieran) al ritmo que exige la demanda; esto lo harían diferentes empresas - empresarios, cada uno en diferentes (uno o más) distritos de la ciudad, quienes con su buen o mal hecho trabajo serían impactados en el valor de los predios circunvecinos, con el consecuente impacto (positivo o negativo) en su propio negocio; por lo que cabe deducir que lo harían bien, todo lo anterior, pues estarían ellos (todos) en competencia con los otros distritos (y en últimas con las otras ciudades). ¿Qué esto tendría unos costos que no se tienen hoy? Por supuesto que sí (aunque no tengo dudas de que en los (sobre) costos de hoy ya están muchos que con este cambio se evitarían), pero unos tales que crecerían mucho más lento que el valor de los predios (de los mismos ciudadanos) y su calidad de vida. Así también con los otros insumos señalados atrás en 4.
3. Que el asunto (y todos los similares) de si sí "metro" o no "metro", de cuánto va a costar, de quién va a pagar, etc. se vuelve trivial: es una opción más, en competencia, que es resuelta tajantemente por los inversionistas, como siempre que hay competencia, sin demoras
.....
Libertad de empresa en el transporte urbano significa entonces (como siempre) libertad de OPCIONES; lo cual significa a su vez NO PROTEGER RENTAS; y he ahí el heredado y heredable "obstáculo"...
Algo como lo descrito NO EXISTE AÚN HOY en ninguna ciudad del planeta: y todas están 1) un poco peor, 2) sólo ligeramente mejor, 3) o mucho peor que Bogotá
PS Las ansias (deseo vehemente) de libertad son lo único esencial, eterno y absoluto en las almas grandes de los hombres, es decir en los grandes hombres, en aquéllas que en su origen fueron dadas a la vida poniendo el alma en el acto :-)... Las almas grandes pueden romper, tajantemente, con las cadenas de generaciones de legados... Y lo hacen... Y nada, pero nada de nada, los detiene :-)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario